
Av. Belgrano y Pasco
Arte urbano, rarezas, rastros del pasado que perviven en las calles de Buenos Aires.
Cartel ante el cual proferí mi primera carcajada. Si así me van a priorizar mejor ni me tengan en cuenta...
No es el vallado de contención de un Boca-River ni de un recital de los Redondos. Seguimos en Defensa, esta vez en su cruce con el pasaje San Lorenzo
Esquina de Defensa y Chile: al fondo otro cartel amarillo que intenta convencernos de que lo hacen por nuestro bien.
Defensa y Chile: unas semanas más tarde. Ahora incorporando un lago artifical que valoriza la zona: puro glamour. [De repente me acordé del boulevard que están haciendo en Honorio Pueyrredón también conocido bajo el mote de "cómo hacer que la única arteria rápida de la ciudad pierda un carril"]
Defensa y México, mano contraria a la anterior. Resumiendo: que hay que caminar por mitad de la calzada como los tres alegres transeúntes que se sienten revaloriados a full. Lo bueno es que como la calle está cortadísima no pasa ni un puto auto...
Defensa y Venezuela. A esta altura, los negros ropajes del andamio, además de complicar el tránsito, se cargan de oscuros presagios...
Defensa y Venezuela: unos pasos más allá. Una vez esquivado el andamio nos espera el corredor de la muerte.
Seguimos en la misma cuadra. No es que me quiera encarnizar pero juro que mis caderas no pasaban entre el poste y la jaula.
No, no. No es un hormiguero gigante, tampoco una toma de las sierras de Merlo en época de sequía. Estamos en Defensa y Belgrano.
Nada que agregar, sólo transcribir: "Laburá. No rompas más las bolas Macri!! Haciendo mierda Buenos Aires"
Ya estoy perdida: creo que Defensa cruzando Belgrano. Qué pensarán los turistas ante este espectáculo.
Panorámica del andamio de foto anterior. Otra vez los peatones obligados a caminar por la calle.
Y estos adamios son bien hincha pelotas: así puestitos en medio de la vereda más no pueden joder. Es más dicíl pasarlos que a los conitos del registro.
Nosotros, como el hombre del muro, alzamos nuestro puño al cielo y pedimos por favor que la vetusta casa no se nos venga encima.
Defensa entre Alsina e Yrigoyen (esta es de la semana pasada, se ve que como el tramo anterior marcha viento en popa siguen rompiendo un poquito más, total a eso se dedican).
Sintiéndome la heroína de una novela berreta de aventuras me hallo ante la meta dorada: 25 minutos más tarde, y habiendo preservado la vida, estoy frente a la boca del Subte A con destino Carabobo.